¡La música, la primera forma de expresión del arte!

El arte se aprende a través de los sentidos, tocando diferentes materiales, bailando con el cuerpo, dibujando las primeras líneas, entre otras. Pero el primer sentido que se desarrolla en un bebé, incluso antes de que nazca, es el oído; y la voz de la madre es el primer contacto con el mundo.

La música ha formado parte de nuestra sociedad desde sus orígenes, y ha sido de vital importancia para la comunicación; pero también es una forma de arte que trae consigo beneficios para niños, adolescentes y adultos.

Cuando se canta canciones de cuna a un bebé o se realizan juegos de música a los niños, les ayuda a desarrollar un ritmo muscular que refuerza la coordinación, equilibrio, agilidad física, orientación, espacio. Incluso para hablar de un desarrollo más completo, podemos nombrar aptitudes como la sensibilidad, la imaginación, memoria y concentración.

No se puede dejar a un lado este bagaje emocional que conlleva la música. Los niños, al igual que los adultos, pueden identificar el sentido emocional cuando escuchan música; y en este sentido, se desarrolla automáticamente la empatía, el poder relacionarse con soltura, y saber escuchar.

Howard Gardner, en su obra Inteligencias Múltiples, resalta a la Inteligencia Musical, con gran énfasis, ya que la música es una forma muy rica de aprender. Aprender las multiplicaciones con ritmo, o Historia mediante la creación de una canción, ¿por qué no?

Cuando se habla de educación mediante el arte, no solo refiere al arte plástico, sino al arte musical y teatral. Es utilizar un medio que es natural en el ser humano para aprender y divertirse aprendiendo.

¡Haz que la música sea parte de tu vida, tu clase y tu familia!

Referencia: Didáctica de la Música, Pilar Pascual Mejía. (Pearson, Prentice Hall 2006)

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