«La sabiduría del Bambú es saber doblarse sin romperse y sacudirse cuando la tierra tiembla.»
Levantar, reconstruir, renacer como el bambú, es el eco después la adversidad. Y el eco resonó a distancia, donde se habita el aula y la escuela como territorios de permanente reconstrucción.
TINKUY y Arteducarte recogieron ese eco y lo matizaron para convertirlo en palabra y en obra vivas. Desde nuestro espacio de acción y con lo que mejor sabemos hacer. Con una mano en el corazón y con la otra asida de la inocencia de las niñas y niños beneficiarios del programa.
Y el temor se volvió ternura, y la tristeza se hizo fortaleza, y el desconcierto se transformó en oportunidad. Y niñas y niños nos mostraron su grandeza; su sabia manera de estar aquí y ahora conectados desde el amor y la empatía con sus pares de la Costa.
Y el milagro se hizo cuando vimos transformarse el sentir en imagen, en obra, en palabra escrita, en tinta del corazón.
Nuestros pequeños maestros y maestras nos enseñaron que cuando la tierra tiembla hay que doblarse sin romperse; nos mostraron su palabra sencilla y su gesto limpio sobre el papel, en un acto de generosidad que, seguramente, “volará” a la Costa ecuatoriana para hacer temblar los corazones de quienes tienen ahora, en sus manos, la oportunidad de renacer como el bambú.
Gracias niñas y niños de las escuelas Carmen Amelia Hidalgo y Junta Nacional de la Vivienda por hacernos saber que son ustedes los fuertes, los valientes y los generosos. Gracias maestras y maestros por acompañar nuestra propuesta de soporte emocional en las aulas, en tiempos de adversidad.
Queremos compartir con ustedes algunos de los mensajes que las niñas y los niños de las escuelas envían a sus hermanas y hermanos de la Costa, en el marco de sus proyectos Arteducarte en las aulas. Sabemos que llegarán a ese territorio golpeado por la naturaleza y a sus destinatarios, de la misma forma sublime y mágica con la que nacieron.
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