Quedaron algunas palabras escritas en el pizarrón tal como animales delineados en alguna de las cavernas prehistóricas en las que el animal es dibujado para poder atraparlo. Presencia, sintonía, conexión, participación, confianza, descubrimiento, consciencia, todas dirigidas hacia una frase: calidad de vida.
El taller empieza con un verso de García Lorca: hermano ¿eres tú o soy yo?. Le sigue el silencio… y la repetición del verso…
Una red… una metáfora, una intuición de las sociedades antiguas, una filosofía de interrelación en los textos sagrados, expuesta por la maestra zen Berta Meneses: todos participamos de una red multidimensional, una red en la que cada uno de los nudos que la configuran es un ser humano… un ser, cada uno de nosotros… y es como una maravillosa joya que refleja en cada nodo la realidad total… si el yo se sumerge muy hondo en el pasado de la humanidad y de toda la creación nos damos cuenta de que llevamos en nuestra mente y en nuestra memoria el sentido profundo del mundo entero…
… de esta metáfora surge algo muy transcendental, y es la importancia radical de que todo, absolutamente todo lo que somos, lo que pensamos, lo que hacemos, lo que sentimos… todo repercute, todo está en relación, añade Meneses.
La tarde del 17 de marzo de 2017, en la Casa Tinkuy, nos preguntamos acerca de la empatía y su relación con la compasión. Daniel Goleman plantea: “La empatía implica un acto de autoconciencia: leemos a los demás sintonizando con nosotros mismos”.
Meneses va más allá de la dualidad yo-tú, rompe con las estructuras de separación al apostar por la realidad de esta inmensa red en la que cada nudo es uno de nosotros en relación… es decir intersomos… y acentúa: “No es que yo tenga pena por el otro. La compasión no es eso. Es que el otro es yo mismo… cualquier cosa que al otro le ocurre, a mí me está ocurriendo”
Goleman recalca el rol de la atención dirigida hacia nosotros mismos (quietud interior), hacia el otro (empatía), hacia el contexto (responsabilidad con la comunidad). Esa quietud, esa empatía, esa responsabilidad nos empoderan.
Así, se desarrolla el taller, trabajamos con la línea como un símbolo, dialogamos con el otro realizando una conversación con líneas y dibujos. Nos entrenamos para sintonizar con las señales más sutiles.
Respiramos juntas. Creamos juntas un espacio energético que nos contiene.
En parejas respiramos sosteniendo energéticamente a la compañera. Permitimos el flujo de sensaciones y resistencias. Accedemos a un espacio de silencio y de conexión.
Con atención total aceptamos una práctica de escucha, de entrega, de paciencia. Ejercitamos el don de recibir, de valorar, de reconocer al otro y a sí mismo. Nos sentimos vistas y apreciadas.
Transformamos de esa manera nuestra percepción de lo que significa el otro, descubrimos que evolucionamos en nuestras relaciones cuando escuchamos con toda nuestra presencia. “Yo estoy presente” nos repetimos una y otra vez hasta el final.
Nos sentamos otra vez en círculo, respiramos para consolidar nuestro mandala de contención y contamos nuestras experiencias. Cada intervención teje a su manera las palabras anotadas como un conjuro: presencia, sintonía, conexión, participación, confianza, descubrimiento, consciencia… calidad de nuestras relaciones.
Respiramos otra vez y agradecemos!
Pilar Flores
Taller inspirado en las palabras de Berta Meneses, de Daniel Goleman en su libro FOCUS, en la síntesis de Dayana Rivera sobre San Nam Rasayan, en la obra literaria de Herman Hesse, en la propuesta de Deepak Chopra, en los talleres de Daniel Surkow, Pascal de Neufville y Naide Alves.
