Validar a los estudiantes también es parte del currículo (I entrega)

Un elemento muy importante para el ser humano es sentirse validado en las diferentes actividades que realiza. Parte de esta validación son los mensajes que enviamos y recibimos, ya sea verbal o gestualmente.

Un elemento muy importante para el ser humano es sentirse validado en las diferentes actividades que realiza. Parte de esta validación son los mensajes que enviamos y recibimos, ya sea verbal o gestualmente.

Como maestros, estos mensajes de validación o invalidación marcan y forman parte de la personalidad de los niños y jóvenes, afectando así la confianza en sí mismo para sus futuras actividades y decisiones, así como las que realizan a diario, determinando su rendimiento escolar de manera positiva o negativa.

Por este mes te ofrecemos un tema fascinante y transcendente: La comunicación y la validación.

Para empezar, debemos entender ¿qué es invalidar? Y ¿cómo invalidamos a alguien?

Significa quitarle valor, importancia o anular el aporte de una persona, hacer que el otro se sienta inferior o que no es suficientemente capaz de defender sus argumentos, inteligencia o valía.

Palabras como:

“Estás loco”

“No es así”

“Estás mal”

“Tu trabajo no sirve”

“Siempre es lo mismo contigo”

“Que raro el niño ______ haciendo problema”

“Qué ven ustedes que hizo mal el compañero”

“Pobrecito, es que él no puede”

“A él le defienden y le cuidan los demás”

“Él es más lentito”

“Yo ya no sé qué hacer con él”

“Es que el niño es lleno de problemas, no es como los demás”

Frases que tienen como resultado una falta de confianza en lo que piensa, dice y actúa el niño o niña. Pero, en lugar de quedarnos con lo negativo, podemos pensar que también como maestros tenemos el poder de VALIDAR, enriquecer y valorar el aprendizaje y desarrollo de cada uno de nuestros estudiantes de manera positiva.

Validar significa poder reconocer fortalezas, virtudes y capacidades de una persona ante cualquier situación. Formar en nuestros estudiantes personas que NO invalidan, sino que RECONOCEN. Debemos reconocer e incorporar, como parte de nuestras vidas, que las palabras y el lenguaje en sí son una forma de violencia e invalidación. El impacto de las palabras, tonos y gestos que utilizamos día a día con un niño son y serán parte de su identidad y personalidad.

Espero que te haya puesto un granito de curiosidad, porque la siguiente semana te proponemos actividades para realizar  en el aula, para reforzar este tema. ¡No te lo pierdas!

Cortesía: María Julia Dávalos, psicóloga Arteducarte.

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